En condiciones normales de frenado, como el frenado ligero o moderado, la válvula proporcional permanece abierta para proporcionar la misma presión hidráulica para los frenos delanteros y traseros. Esto se debe a que el frenado ligero no permite que se transfiera suficiente peso de la parte trasera a la parte delantera del vehículo, lo que significa que es poco probable que se produzca un bloqueo de la rueda trasera.
Cuando la presión hidráulica excede el nivel mínimo o "punto de desviación", la válvula proporcional del freno solo funciona en condiciones de frenado severas. En este caso, el pistón conectado al circuito del freno trasero obliga a la válvula a cerrarse, limitando la presión hidráulica del freno trasero al 20-40%. Esto permite que el freno delantero tenga una presión hidráulica más alta que el freno trasero, evitando así que el vehículo se resbale durante una parada de emergencia.
Después de soltar el pedal del freno, el resorte empuja el pistón bloqueando la válvula hacia un lado, de modo que el aceite hidráulico pasa uniformemente a través de los frenos delanteros y traseros.
